Ser gorda no impide tener un negocio
Cuando ser gorda no impide tener un negocio, fue una sorpresa para mí hace varios años. Siempre iba a comprar queso a las señoras de cuerpo voluminoso al mercado, quienes a pesar de su contextura se mantenían limpias en su pequeño negocio.
Anécdota personal sobre mi negocio
Cuando fui a comprar una libra de queso por primera vez me tope con un pequeño negocio donde me encontré con mujeres rellenas de felicidad, tuve sensación de rechazo como primera opción, lo admito, no sabía en ese de que era ser una persona, ya que sin duda pensaba igual que los demás.
Es decir, solía creer que las personas gordas eran desarregladas y descorteces en su forma de proceder y hablar.
Al momento de llegar a su negocio de quesería, tuve un cambio de perspectiva en mi mente, no era lo que parecían. Su atención para los clientes que hacían fila al comprar era excelente, nadie se quejaba.
Hace un tiempo en uno de esos días en que sin querer, me percaté de algo que no me había dado cuenta. Llegué a comprar, entonces me di cuenta de las manos de la señora y su forma de vestir.
La higiene no tiene nada que ver con el peso
Sus manos eran impecables, jamás las encontrabas con uñas sucias o pintadas, su rostro igualmente no tenía ni un barro con esto, no quiero decir que los barros sean un impedimento para denotar limpieza. Por esta razón era agradable comprar queso.
La imagen de ellas es atrayente por lo cual muchos hombres se fijan en ellas, incluso varios hombres andaban atrás de sus gordas y llamativas figuras. La razón de esto era su frescura para atender y mantenerse limpias a pesar de ser gordas y bien gordas.
No hay balanza para el amor
Esto fue así hasta que un día hubo un hombre quien conquistó el corazón de una de ellas, por cierto, quienes atendían eran madre e hija. Y la conquistada fue la hija.
Bien, como siempre nada en el mundo es perfecto, aquel señor era tan delgado que ver a los dos abrazados era de risa. Con esto no digo que era ridículo, pero para mí escaso conocimiento en esos tiempos y lo que decían, me eran sinónimo de gracia.
Un momento al ver este cuadro de aquella supuesta “Pareja dispareja”, algo me llamó la atención, nunca peleaban en su negocio.
Acéptate como eres y no vivas del que dirán
Mejor comprendí que para quererse no era necesario ser iguales, sino aceptarse tal y como es. De esa forma ellos crearon otro negocio de queso, pero esta vez era un gran negocio de queso y carnicería.
Hasta ahora se los ve por la calle igual de bien. Esto quiere decir que no viven del qué dirán, solo viven su vida y lo que diga la gente es otro tema para los desocupados.
Ahora, ellos van tranquilos por la calle y nadie los molesta, esto es porque cuando una persona es segura de sí misma y se acepta, lo que piense el resto queda por el piso.
Así, no es necesario clasificar a una persona por su contextura, esto porque nadie sabe de la capacidad que tienen, ni qué clase de persona son. Ahora, imagínese que ser gorda no impide tener un negocio por esto es seguro que debe de gustarle este trabajo, porque, si no, sería una desventaja.
